miércoles, 6 de julio de 2016

Dudas existenciales - ¿Por qué no sacamos a los muertos del armario?

Esta semana tenía previsto hablar de un autor concreto para inaugurar un apartado más histórico en el blog, y empecé a escribir una breve introducción para explicar por qué. De pronto, me di cuenta de de que la introducción iba a ser más larga que un día sin pan, y he decidido hacer esta entrada aparte para aclarar mis intenciones y ver si os animáis a compartir vuestro punto de vista o vuestras experiencias.

Como siempre, hubo algo que me dio la idea, y en este caso todo empezó con una reseña que leí hace poco. En ella, alguien se quejaba de que un libro no contaba con ciertas advertencias necesarias para alertar a los inocentes lectores de que había personajes homosexuales en la novela. El libro en cuestión narraba la historia de dos héroes griegos. Me imagino lo que estáis pensando, pero os aseguro que es cierto: en pleno siglo XXI alguien se ha ofendido porque una novela sobre la Antigua Grecia mostraba demasiado fielmente lo que en la época se consideraba algo normal.


Aquiles venda a Patroclo sin sospechar que le van a hacer el primer "no homo" de la historia.


Seamos sinceros. ¿No debería ser al contrario? Ahora siento la tentación de buscar reseñas de otros libros sobre Grecia que se hayan escrito después de la Edad Media, a ver si alguien se queja de la falta de relaciones homosexuales. Pero aunque parte de mí se niega a creer que alguien que lee novelas históricas no conozca estos aspectos de la cultura que le interesa estudiar, otra parte no se sorprende al comprobar que hay profesores y libros de texto que no mencionan ciertos temas. Es más, yo también he sido víctima de estas omisiones.

Además de la literatura y la lingüística, uno de mis grandes intereses ha sido siempre la historia. Y cuanto más antigua, mejor. Sin embargo, tras muchos años de estudiar historia de España, y muy pocos estudiando historia del mundo en el colegio, me di cuenta de que ni en mis clases ni en mis libros de texto se hablaba nunca de la sexualidad de sus protagonistas. ¿Fue igual en vuestros colegios, o era distinto el mío por ser religioso?

Por una parte, me parece lógico. No debería importarnos si un presidente o general prefería hombres o mujeres. Sus preferencias no influyen en su modo de hacer las cosas o en lo competente que pueda ser en un trabajo. Pero no creo que esta sea la verdadera razón, y eso me entristece.

Estos personajes históricos no solo tuvieron que vivir ocultando una parte muy importante de su personalidad a ojos de sus contemporáneos, sino que sigue habiendo gente hoy en día que quiere mantenerlos dentro del armario por vergüenza, cuando nuestra sociedad actual ya debería ser capaz de aceptarlo y comprenderlo, de sentir orgullo en vez de vergüenza.

Morticia Addams ayudó a su tío Knick-Knack a salir del armario.


Recuerdo haber preguntado una vez en el colegio por qué no había reyes, escritores o presidentes gays en mis libros de texto, y la respuesta de mi profesora: pues los habría, pero no lo sabemos porque lo ocultaban. Unos años después y gracias a internet, sé que no lo ocultaban tan bien y que eran en realidad los libros los que omitían esta información. ¿Lo hacían porque no creían que pudiéramos entenderlo o porque era mejor si no lo hacíamos? Si tengo que fijarme en el ejemplo de Rusia, me temo que la opción correcta sería la segunda.

Como ya sabréis, en Rusia existe una ley que prohíbe hablar positivamente (hacer propaganda, lo llaman) de la homosexualidad. Su presidente, al ser tildado de homófobo, se defendió diciendo que el compositor ruso más importante era homosexual. Según él, eso significa que en Rusia no existe la homofobia. Lógico, ¿verdad? Por eso está penado mencionar que Tchaikovski era homosexual.

Tchaikovski es ese amigo gay que todos necesitamos para probar que somos tolerantes y abiertos.

Pero no pensemos que esto pasa solo en Rusia. ¿Cuántos escritores o gobernantes homosexuales hemos tenido en España antes del s. XIX? ¿Y de cuántos podemos estar seguros  que no lo eran si las generaciones posteriores han intentado ocultarlo por todos los medios? Incluso en el caso de aquellos que vivieron a partir del s. XIX, hemos tardado demasiados años en aceptarlo.

Sinceramente, opino que todavía nos queda mucho por hacer, y que deberíamos hacerlo cuanto antes. Vamos por buen camino, pero todavía me encuentro con gente que no sabe que Oscar Wilde era gay. Sí, Oscar Wilde. Cuando seguramente no hubo contemporáneo suyo que no lo supiera porque tuvo el juicio más sonado del siglo y fue encarcelado por “sus crímenes”. Cuando ser “amigo de Oscar Wilde” se convirtió en sinónimo de ser gay hasta que se popularizó aquello de los "amigos de Dorothy". Cuando muchos usaban pasajes de “El retrato de Dorian Gray” para preguntar sutilmente a sus posibles conquistas si estaban interesados en tener relaciones con hombres, y evitar así acabar en la cárcel como su propio autor.

Oscar Wilde con Bosie, su amigo 100 % hetero y 0 % responsable de que Wilde fuera a juicio.


Si el caso de Oscar Wilde es el más conocido y todavía hay gente que lo ignora, ¿qué hay de los demás? ¿Y a qué se debe? Yo creo que evitaban hablar de ello porque, como bien saben los responsables de la ley rusa, estas figuras se convertirían en modelos de conducta y en ejemplos. No solo como refuerzo positivo al ver que son personajes dignos de admiración, sino también como espejo del daño que la ignorancia y la intolerancia han causado a lo largo de la historia. Todo para que no recordemos el pasado y no podamos evitar repetir los errores cometidos.

Afortunadamente, cada vez se habla más abiertamente de todos estos temas, e internet es una fuente de información cada vez más completa, con más casos nuevos y antiguos que salen a la luz cada año. Y aquí estoy yo ahora también, con la intención de colaborar haciendo una pequeña recopilación de historias para este blog. Iré sacándolas poco a poco, pero ¡espero que os gusten!

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