lunes, 8 de agosto de 2016

Reseña - La canción de Aquiles

El otro día leí que los Juegos de Río son los “más gays” de la historia, y pensé que, incluso obviando el periodismo homófobo que ha surgido a su alrededor, me duele que ya nadie se acuerde de la Antigua Grecia… ¿Y os acordáis de aquella entrada en la que hablé de alguien que se quejaba de un libro que no advertía sobre la aparición (o existencia) de homosexuales? ¿Un libro sobre la Antigua Grecia protagonizado por dos héroes griegos? Pues se trataba de “La canción de Aquiles”, un libro que también conocí hace poco gracias a una recomendación, y que me hace pensar que la gente debería aprender historia por su cuenta si sus colegios no abarcaban civilizaciones tan relevantes para la historia de la humanidad.

Si os sorprendió mi reacción cuando no especifiqué de qué héroes griegos se trataba, ahora ya sabéis que son una de las parejas más conocidas, imitadas y discutidas de la historia. Bueno, puede que si solo has visto la película de “Troya”, donde los ponen de primos (y a Patroclo mucho más joven que Aquiles), te sorprenda que en realidad fueran pareja. Pero si llegas hasta el punto de querer leer una novela histórica basada en la Antigua Grecia, no entiendo cómo puedes escandalizarte porque sale una pareja homosexual. En la Antigua Grecia. Hombres con hombres. Creo que no lo he enfatizado lo suficiente.



La novela narra la historia de Aquiles y Patroclo, incluyendo la famosa Guerra de Troya, desde el punto de vista de Patroclo (lo cual me parece una genialidad, me encanta que se dé voz a los personajes maltratados por la historia). Poco más puedo contar que no sepáis ya, pero es cierto que hay muchos mitos que se conocen sobre Aquiles y Patroclo (y habría más que no han llegado a nuestros días), así que la autora tuvo que hacer una selección para decidir por dónde iba a tirar el argumento de la novela. Habrá algunos que os gusten más o menos, pero esta novela que mezcla mitología y ficción histórica está muy bien documentada. Por ejemplo, la autora se centra, obviamente, en la mitología de Aquiles y Patroclo, y no en el mito menor de Aquiles y Troilo. Al fin y al cabo, la relación entre Aquiles y Patroclo está más documentada y aceptada desde hace miles de años. A aquel personaje que se enteró al leer esta novela solo me queda decirle que la propia Ilíada comienza con la frase “Canta, ¡oh, musa!, la cólera del Pelida Aquiles”, y con ella Homero hace referencia a la cólera que ciega a Aquiles tras la muerte de Patroclo; una sed de venganza que hasta los mismísimos dioses temen. El amor de Aquiles por Patroclo y la posterior tragedia son fundamentales en la Ilíada, además de decisivas para la futura victoria de Grecia.

He de reconocer que hubo un par de detalles que no me gustaron, y os recomiendo que no sigáis leyendo la reseña y paséis a las advertencias si ya habéis decidido leer el libro. El caso es que me pregunto si era necesario para la historia introducir el mito de la corte del rey Licomedes, que es incluso más menor que el de Aquiles y Troilo. Si alguien tiene alguna idea, que me deje un comentario aquí porque me interesa conocer vuestra opinión. Creo que el personaje de Deidamía era más vistoso que el de Troilo como tercero en discordia, y la escena de Aquiles vestido de mujer y Ulises usando su ingenio para revelar su identidad aporta mucho a la historia y a la construcción de los personajes. La existencia de Neoptólemo, el supuesto hijo de Aquiles, también podría abrir paso a una futura novela sobre Alejandro Magno, que reivindicaba ser su descendiente. De esto la autora no ha dicho nada; solo son deseos míos porque Alejandro Magno intentó copiar a Aquiles en diversos aspectos de su vida, incluyendo la relación de Aquiles con Patroclo, a quien Alejandro veía reflejado en su Hefestión. Al menos, la autora no eligió la versión del mito en la que Aquiles violaba a Deidamía (es él el obligado a tener sexo con mujeres para obtener descendencia), pero sigo sin entender el interés en que Patroclo se acueste luego con ella por pena.

Tampoco se habla de los sacrificios y los juegos funerales celebrados en honor a Patroclo, o de cómo Áyax y Menelao lucharon por proteger su cadáver de los troyanos porque debían llevarlo ante Aquiles, o de cómo Aquiles se corta el pelo como símbolo de dolor. Pero claro, es difícil narrar estas cosas cuando el narrador está muerto, ¿no? Y hablando del tema, los que teman que saber cómo acaba la historia de Aquiles y Patroclo va a restarle valor a la novela o hacer que la historia carezca de interés, pueden estar tranquilos. La autora tiene en cuenta que la gran mayoría de lectores sabrán de la trágica muerte de Patroclo y lo usa en su propio beneficio. Al estar narrado en primera persona, es fácil identificarse con Patroclo y apreciar cómo, al intentar evitar que se cumpla la profecía de Aquiles, se va acercando cada vez más a su propio final sin sospechar que ese será el detonante de la famosa cólera de Aquiles. A lo largo de la novela, Patroclo decide (en vano) que no quiere sobrevivir a Aquiles, y el miedo que tiene a ver morir a su amado es la más dulce de las torturas.



El vínculo romántico (o al menos sexual) entre Aquiles y Patroclo no se cuestionaba tanto en la Antigua Grecia, donde los filósofos se centraban en debatir quién de ellos fue el erastés y quién el erómeno. Es decir, quién era el adulto activo, y quién era el adolescente pasivo. Esquilo pensaba que Aquiles sería el erastés por aquello de que fue un guerrero legendariamente fuerte y veloz. Platón creía que Esquilo estaba equivocado porque en la propia Ilíada mencionan que Aquiles era el más joven y hermoso, mientras que Patroclo era más sabio y maduro. Sin embargo, esos roles sexuales que eran la norma en la época de estos autores, no estaban tan delimitados cuando la Guerra de Troya tuvo lugar. Muchos estudiosos, sobre todo en la actualidad, opinan que la relación entre Aquiles y Patroclo era de igualdad, y que no había un erastés o un erómeno. Esta es la aproximación que elige la autora, a mi parecer acertadamente.

Advertencias:
  • Muertes.
  • Violaciones.
  • Misoginia.

Recomendado para:
  • Interesados en la mitología griega.
  • Interesados en novela histórica.

Lo mejor del libro:
  • Que Patroclo sea el narrador.
  • Las referencias mitológicas, incluso las no explícitas.
  • Los años que pasan como discípulos de Quirón.
  • El final.

Lo peor del libro:
  • Deidamía (lo mío es personal, no me lo tengáis en cuenta).
  • De romance no tiene mucho, así que puede ser un punto negativo si es lo que buscáis.
  • Neoptólemo y Tetis, pero porque son insufribles.

Dónde comprarlo:
  • Aquí si tienes Tagus.
  • Aquí si tienes Kindle.
  • En físico lo podéis encontrar aquí y aquí.
  • Si queréis leerlo en versión original (y más barato), probad aquí o aquí.

2 comentarios:

  1. Magnífica reseña, ante todo gracias por la recomendación, como amante de las mitologías sobre todo de las clásicas, me emocionó enormemente leer este libro donde se desarrolla lo que en la antigua Grecia era normal entre estos dos héroes.
    Coincido contigo en los aspectos negativos sobre la figura de Patroclo, sobre todo su final, creo que desde el punto de vista que está escrito, hubiera emocionado aún más, no que parecía que a nadie le importaba (después de lo que se había atrevido a hacer). Supongo que esto la autora lo hace para dar más angustia a la última parte de la historia.

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    1. ¡Muchísimas gracias por tu interesante comentario! A mí me lo vendieron diciendo que era un poco "la Ilíada versión Patroclo" y creo que rompí la barrera del sonido de lo rápido que abrí la app de kindle.
      Muy ciertamente, el final es mucho más humano y angustioso que el de La Ilíada, pero igual podría haberlo enfocado de otro modo para meter los juegos fúnebres como algo que ayudara a Aquiles a procesar su dolor. Pero entiendo que le restaría importancia a otras cosas, así que no me quejo. Solo que hubiera quedado tan bien ahora que estamos con los juegos olímpicos...

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