martes, 16 de agosto de 2016

Historia - Lord Byron

George Gordon Byron, más conocido como Lord Byron, es uno de los poetas más célebres del Romanticismo inglés. Fue enormemente popular en vida gracias a sus obras y sus excesos. Entre otras cosas, tuvo muchísimas relaciones con hombres y mujeres desde una edad muy precoz (desde los nueve años según su abogado), pero parece que sus relaciones con hombres se mantienen en un discreto segundo plano, ensombrecidas por sus relaciones adúlteras, e incluso incestuosas, con damas de clase alta. Sin embargo, la bisexualidad de Lord Byron era una parte importante de su personalidad que no debería ser conocida tan solo por los más expertos, ni ser achacada a su bipolaridad o a su facilidad para enamorarse. Es más, las acusaciones de sodomía, junto con su rebeldía y las dudas sobre su cordura, fueron una de las causas principales que provocaron su auto-exilio.

Como casi todos los varones de la época (y de épocas anteriores y posteriores), sus primeras relaciones con hombres fueron las que mantuvo en sus años de escolarización: primero en Harrow, el colegio rival de Eton, y luego en Cambridge, la universidad rival de Oxford. Fue en Harrow a partir de 1804 cuando Byron empezó a darse cuenta de que su sexualidad era distinta a lo que se consideraba aceptable en Inglaterra, y así lo reflejó en “Childish Recollections”, donde también describe sus amistades como “apasionadas”. Su mejor amigo de esa época era el joven John FitzGibbon, con quien se encontraría en Italia décadas más tarde. También se han conservado cartas, descubiertas hace relativamente poco, que revelan una relación romántica entre Byron y el estudiante John Thomas Claridge, al que siguió visitando incluso después de marcharse de Harrow. Claridge estaba muy enamorado de Byron y quiso mantener su relación incluso cuando Byron se había cansado de él.

Lord Byron era conocido por su proclividad sexual y por sus enamoramientos obsesivos que preocupaban a su madre porque afectaban profundamente a su salud física y mental. Lord Byron los atribuía a sus episodios de violencia, pero en la gran mayoría de casos, el aburrimiento y el tedio acababan haciendo mella en sus relaciones, que no solían durar mucho tiempo. Algunos estudiosos creen que Byron sufría un trastorno bipolar, mientras que otros defienden que era maníaco-depresivo.



En 1805, Byron empezó a estudiar en el Trinity College de Cambridge, donde se encontraba solo y decepcionado porque no quería participar en el “libertinaje ordinario” de esa sociedad cerrada. En su lugar, Lord Byron se enamoró de John Edleston, un chico de quince años que cantaba en el coro. Lo “adoptó” como su protegido y lo menciona en varias cartas. En una dice que Edleston había “sido mi asociado casi constante desde octubre de 1805, cuando entré en Trinity College. Su voz fue lo primero que atrajo mi atención, su semblante la fijó, y sus modales me ataron a él para siempre”. En 1806, Lord Byron le escribió el poema “The Cornelian”, titulado así por una cornalina con forma de corazón que Edleston le había regalado. Leyendo el poema, nos podemos imaginar al jovencito Edleston, justo dos años menor que Byron, con su tez pálida, sus ojos oscuros y sus rizos dorados, acercándose tímidamente a su amado para entregarle el humilde pero sentido obsequio. Visible era el miedo de que ese corazón, que simbolizaba el amor por su antiguo mecenas, ahora amigo y “más que amigo”, no fuera suficiente para el excéntrico y apasionado poeta famoso por bañarse desnudo en la fuente de la universidad con su fiel mascota (un oso que había llevado ante la prohibición de tener perros o gatos en la residencia de estudiantes). Por supuesto, Byron no rechazó el regalo, y el poema prueba que para él tuvo un significado muy especial.

En 1807, Byron escribe a su compañero de habitación, Edward Noel Long, con quien había ideado una estricta dieta, para pedirle que nunca revele quién es el destinatario de “The Cornelian”. Unos meses después, el 14 de mayo, le confiesa que, aunque “The Cornelian” sea el poema favorito de Long y de todas las chicas que conoce, no piensa publicarlo (todavía, supongo, pues terminará haciéndolo). Una de estas chicas debía de ser Elizabeth Bridget Pigot, a quien escribía a menudo para hablarle de Cambridge y, por supuesto, de Edleston. En junio le confiesa que está pensando en marcharse de Cambridge porque todos sus amigos se han ido ya y su “protegido musical” va a marcharse a Londres. Le cuenta también que “no estoy solo más delgado, sino también soy una pulgada más alto desde mi última visita. Tuve que decirle mi nombre a todo el mundo, pues nadie recordaba ni mi rostro, ni mi persona. Incluso el héroe de mi Cornalina (que ahora está sentado frente a mí, leyendo un volumen de mis poemas) pasó a mi lado por uno de los caminos de Trinity sin reconocerme en lo más mínimo, y se quedó perplejo al ver el cambio que había sufrido mi semblante”. De Edleston le dice que “lo he encontrado considerablemente crecido y, como supondrás, muy feliz de ver a su anterior mecenas”. Es decir, al propio Byron. Aprovecha para describir a Edleston como “casi mi altura, muy delgado, tez muy pálida, ojos oscuros, y rizos claros. Mi opinión sobre su mente ya la conoces, y espero no tener nunca razones para cambiarla”. Un mes después, vuelve a escribir a Elizabeth para contarle que acaba de despedirse de su Cornelian, con quien ha pasado toda la tarde. Como parece que la joven pidió más noticias sobre Edleston en su carta, Byron aprovecha para escribir su respuesta mientras llora y se emborracha por su amarga pérdida. “Edleston y yo nos hemos separado por ahora, y mi mente es un caos de esperanza y dolor”, le cuenta. Edleston parte con la promesa de reencontrarse de nuevo cuando puedan convertirse en compañeros con intereses comunes o vivir juntos, según decida. Byron cree que Edleston querría lo segundo, pero que puede cambiar de parecer en unos años y que él respetará su decisión, sea cual sea. “Desde luego, lo amo más que a cualquier otro ser humano, y ni el tiempo ni la distancia han tenido el más mínimo efecto en mi temperamento (generalmente) inconstante”. Por si fuera poco, Byron dice claramente que su relación con Edleston les sacará los colores a las señoritas de Llangollen, dejará a Orestes y Pílades a la altura del betún, y que solo les haría falta una catástrofe como la de Niso y Euríalo para hacerle un desaire a David y Jonathan (¿alguien más interpreta “desaire” como “corte de mangas” o soy solo yo?). Pero, ay, hay que tener cuidado con lo que uno desea, pues puede hacerse realidad. Byron decía de su relación con Edleston que era puro amor y pasión, pero a Elizabeth le confiesa que “es posible que esté incluso más encariñado conmigo que al revés. Durante toda mi estancia en Cambridge, nos hemos visto cada día, durante verano e invierno, sin caer en el tedio ni un solo momento, y separándonos cada vez con una creciente reticencia”. Para alguien tan voluble como era Byron, esto debió de ser toda una novedad, y se despide en su carta diciéndole a Elizabeth que espera que un día pueda verlos juntos, pues él es el único ser que estima, aunque le gustan muchos…



En 1809 y tras varios contratiempos, Lord Byron inicia su Grand Tour por Europa con su amigo Sir John Hobhouse. Antes de partir, ambos participan en un extraño ritual de inspiración gótica y probablemente de índole sexual al que también acuden Claridge y otro amigo homosexual de Byron, Charles Skinner Matthews. De la fiesta comentaban que se habían vestido de monjes, habían bebido de una calavera y se habían “juntado” con las sirvientas (no debió servir de mucho si el objetivo era formar algún tipo de hermandad, pues Hobhouse luego colaboró en la caída en desgracia de Claridge). Byron tenía la esperanza, según las cartas de sus amigos, de adquirir más experiencia en relaciones homosexuales durante este viaje, y creían que esa era una de las metas principales de la “excursión”. De hecho, una vez se separa de Hobhouse, empieza a mandarle a este cartas que, en código, detallaban el gran éxito de su “misión”. Su relación más conocida de este periodo fue la que tuvo con el chico de ascendencia francesa Nicolas Giraud. Giraud tenía catorce años cuando conoció a Byron y ya había sido musa del pintor Giovanni Battista Lusieri. Acompañó a Byron durante sus viajes por Grecia, haciendo de mayordomo, enfermero, profesor de italiano y lo que hiciera falta. En una carta a su amigo Hobhouse desde Grecia, Byron confiesa que está “cansado de pl & opt Cs, la última cosa en el mundo de la que debería estar cansado”. El acrónimo de “coitum plenum et optabilem” era, por supuesto, uno de los nombres en código que utilizaban para referirse al sexo anal. De hecho, incluso contaban los sirvientes que Byron había llevado a Giraud al médico por un posible desgarramiento anal. Al final, Byron mandó a Giraud a estudiar en un monasterio de Malta y trasladó sus atenciones a las jovencitas griegas. Antes de despedirse de Giraud, pagó su educación y posteriormente lo incluyó en su testamento con una cuantiosa suma. En el testamento también aparecían los nombres de Edleston y otros amigos de su juventud, pero acabó cambiándolo para eliminarlos al cabo de los años. Tras la marcha de Byron, Giraud siguió enamorado de él y le escribía cartas que no obtenían respuesta para contarle que esperaba su vuelta.

Byron volvió a Inglaterra en el verano de 1811 cuando su madre cayó enferma, pero no llegó a tiempo para despedirse de ella. Varios de sus amigos habían muerto poco antes o murieron poco después, incluyendo Charles Skinner Matthews, que se había ahogado en el río Cam (que da su nombre a Cambridge), varios amigos de Harrows y su excompañero de cuarto de Cambridge, Edward Noel Long, que había naufragado cerca de Lisboa. En octubre, Byron recibe una carta de la hermana de Edleston en la que cual esta le comunica que su hermano murió el pasado mes de mayo, mientras Byron estaba todavía de viaje. Byron se siente muy afectado por su muerte, y aunque ya no le quedan más lágrimas que derramar (dice que será la sexta muerte cercana que sufre en los últimos dos meses), los dulces sueños que tiene lo torturan, porque Edleston está vivo en ellos. En varias cartas de la época, Byron describe cómo la muerte de su Cornelian le ha afectado más que ninguna otra, y cómo se hunde todavía más en su depresión. A lo largo de su vida escribe varias elegías en honor a Edleston, a quien se refiere con el nombre femenino de Thyrza para no tener problemas con la justicia. La conocida como "To Thyrza: And Thou Art Dead" es la más célebre.



Después de la muerte de Edleston, Byron intentó retomar su relación con Claridge, pero no duraron juntos ni un mes. Según creció, la represión se acentuó en Inglaterra y muchos homosexuales temieron por su vida. Fue entonces cuando Byron empezó a decir que su relación con Edleston había sido fruto del amor más puro y que nunca habían practicado la sodomía. Bueno, eso no quita que hayan hecho otras cosas e igual por eso quería "adquirir más experiencia en relaciones homosexuales" durante su viaje, pero algunos expertos creen que esta afirmación defensiva buscaba proteger la memoria de Edleston en un ambiente cada vez más opresivo y que no se correspondía con la realidad. Como muchos homosexuales harían antes y después que él, Byron acabó marchándose de Inglaterra y refugiándose en Europa, donde las leyes no eran tan estrictas. Aun así, no tuvo ninguna relación con otros hombres tan conocida como las aquí descritas, y murió en Grecia en 1824 por una negligencia médica, lamentando un amor no correspondido con un jovencito griego (Loukas Chalandritsanos) al que dedicó sus últimos poemas. Tras su muerte, algunos de sus amigos, familiares y editores se reunieron en la casa de John Murray para discutir sobre la publicación de sus memorias. Debido a la temática de la obra, que posiblemente describiera más detalladamente sus relaciones con otros hombres, no solo consideraron que el manuscrito no debía ser publicado en su editorial, sino que además decidieron, aunque no unánimemente, quemarlo en ese mismo lugar para que jamás pudiera salir a la luz. En 1866 se publicó el poema "Don Leon" que defendía la homosexualidad y se creyó en un principio que provenía de las memorias perdidas de Lord Byron. Aunque el poema cuenta detalles de la vida de Byron que conocían muy pocos, tuvo que escribirse una década más tarde de su muerte a juzgar por los hechos históricos que relata. Muchos creen que su autor tuvo que ser un poeta que conociera personalmente a Lord Byron, pero el hecho de que la publicación de la obra se usara para chantajear erróneamente a la familia del autor hizo que las acusaciones de bisexualidad hacia la figura de Byron se empezaran a considerar calumnias de la peor clase. Así, la bisexualidad de Lord Byron se convirtió en secreto hasta que Peter Quennel abordó el tema en su "Byron: The Years of Fame", apenas un año después de que la reedición de "Don Leon" fuera destruida casi en su totalidad (en aquella ocasión, por culpa de la censura).

Os dejo algunos enlaces por si queréis leer más acerca de este tema:
Me apena ver la falta de documentación en español, y me estaba preguntando si a alguien le interesaría ver también algunas traducciones por este blog. Podría compartir algunas de las cartas o de los poemas. ¡Avisadme si os gustaría leerlos en español!

4 comentarios:

  1. ¡Por fin conozco algo más que el nombre de esta figura de la literatura!
    Gracias por esta entrada, es realmente interesante conocer con más detalle estos aspectos de la historia y a su protagonistas.

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    1. Ay, algo de Byron tienes que leer ya mismo. ¡Creía que te interesaba la poesía más que a mí! Yo soy demasiado pro-novela.
      Te dejo aquí un link con poemas de Lord Byron:
      http://grandespoetasfamosos.blogspot.de/2009/01/lord-byron.html

      Y unas cuantas curiosidades, que sé que te gustan estas cosas:
      -Lord Byron fue excepcionalmente famoso y se le considera una de las primeras celebridades de la historia. Cierto es que se debe en parte a los escándalos que le rodearon, pero Byron cuidaba mucho su imagen, defendía sus creencias firmemente y ya desde el colegio destacó como poeta.
      -Byron tenía una deformidad en el pie que le hacía cojear. De niño los médicos dijeron que no podría andar, pero pronto comenzó a andar y correr. Se interesaba mucho en el deporte y le gustaba mantenerse en forma. Se le considera el inventor de la disciplina de natación en aguas abiertas, ya que fue el primer hombre conocido que cruzó el estrecho de Dardanelos a nado. Lo hizo para probar que el mito de Hero y Leandro podía ser cierto (el estrecho de Helesponto del mito es el mismo, pero ha cambiado el nombre).
      -Participó en la guerra de independencia de Grecia, llegando a sufragar la reparación de la flota naval con su propio dinero. Desgraciadamente, cayó enfermo durante su estancia en Grecia y, después de que los médicos intentaran tratar sus fiebres con sanguijuelas, murió débil y desangrado. El mito alrededor de su figura era tal, que a Inglaterra llegaron rumores de que los griegos lo hubieran nombrado rey de Grecia de haber sobrevivido a la guerra.
      -Una de sus hijas, Ada Lovelace, se considera la inventora de la programación informática.

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    2. ¡Supercurioso! Muchas gracias por esta información extra, y si, me conoces bien, ¡pero cuán interesante era!
      Y además por el enlace con los poemas, a lo largo de mi vida es verdad que he leído más novela que poesía pero las hay que enamoran.
      De nuevo, muchísimas gracias.

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    3. ¡Me alegra que te haya parecido interesante!
      Gracias a ti, por leer y comentar :)

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